12 de febrero de 2007

Los secretos

Me dijiste que aquel texto mío te parecía como escrito por ti, ahora te diré que esto me habría gustado escribirlo yo...

"Cuando los secretos no me dejan dormir

Muchos domingos por la noche pago en sueño la pereza de levantarme a una hora más o menos decente. El lunes por la mañana madrugo para trabajar y siempre, sin fallar ni un día, acaba cogiéndome el toro del descanso en forma de película, de libro o de bitácora envuelta de humo.

No puedo dormir porque pienso en comida, a pesar de haber cenado dos veces, y me entra el hambre del que sabe que no hay nevera que la vaya a calmar.

No puedo dormir por las pequeñas cosas procrastinadas, por no hacer deporte, por seguir fumando demasiado, por el dolor de espalda, por la lágrima de sueño que se me forma en el ojo izquierdo.

No puedo dormir por no haber hecho el amor, por no hacerlo desde hace tanto tiempo, por no hacer, por no amor, por el frío intenso que se acumula en todos los sitios que no están debajo de mi edredón.

No puedo dormir por la reconstrucción permanente, por el sube y baja de cada día, por no resolver ni poner en fila las ideas, por no tener un plan más allá de la semana que viene, por la última concesión a la pereza, que es mi propio sueño.

Pero sobre todo no puedo dormir por los secretos, los dos o tres secretos que anidan en mi cabeza. Por aquello que no le conté ni a mi espejo, por dos pequeñas mentiras que giran para demostrar quien sabe qué cosa. Recuerdo aquella novia que tuve que creó un amor del pasado que incluso le escribía cartas, a pesar de que jamás salió de su propia cabeza. No puedo dormir por la mujer que tengo atravesada en los ojos, como dijo Galeano, y como dijo él también, no puedo decirle que se marche porque tengo una mujer atravesada en la garganta. No puedo dormir por quien quiere amarme y se encuentra corazas y paredes de acero, no puedo dormir por las cartas que aún no han respondido, por el anonimato, por los ojos tristes de mis amigos, por el quedar bien y por el no quedar bien. No puedo dormir por el protocolo, por el rellenar huecos de tiempo, por decir un par de verdades y no estar demasiado convencido de que sean verdad.

Pero sobre todo no puedo dormir por el secreto de aquello que hice y no cuento, de aquello que siento y no cuento, de aquello que acabo de desear y no cuento…

El lunes por la noche suelo dormir bien."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios mío, Rosita, como puedo ser tan despistado... te estaba leyendo en el agregador de feeds y mientras leía el texto empecé a pensar "joder, que miedo... esta chica realmente escribe igual que yo..."

Hasta que me he dado cuenta...

Muchas gracias por la cita :-)

Rosita Fraguel dijo...

XD XD XD

Anda que...