23 de junio de 2007

Guárdame el secreto

María volvió de entre las yerbas con las mejillas encendidas, el pelo pegado al sudor del cuello y los calcetines sucios. Escondía algo a la espalda, guardándolo con el celo que suelen poner las niñas en sus secretos.

Yo tendía las sábanas haciéndome la distraída.

A la noche, le brillaban los ojos y la fiebre le hacía tiritar. "Excesos para una niña de ciudad", decía la abuela.

Bajo las sábanas empapadas seguía escondiendo ese algo suyo.

Al amanecer, María lloraba desconsoladamente aunque ya no tenía fiebre. Su secreto ahora era tan sólo un tarro de cristal con un puñado de mariposas muertas.

"Quisiste atrapar el campo", le dijo la abuela muy seria. Como una niña grande reprendiendo a su muñeca.

Yo me alejé a la cocina a fregar platos, lejos de cualquier infancia. Preocupada tan sólo por el menú del día.

(Para todas mis niñas del foro "Adict@s al blog", porque saben preocuparse de guardar a buen recaudo lo que les quedó de la infancia :))

8 comentarios:

Inkita dijo...

Me acabo de currar un pedazo de comentario y blogger se lo a comido. Grrrrr!!!

Jo :( ahora no me quedaría igual

Vaya mosqueo llevooooo

Rosita Fraguel dijo...

Joooooooo

pupupidu dijo...

Que bonitooooo !!!!

-A_A- dijo...

Sin palabras que me has dejado...
gracias.

bEsos

Jessica dijo...

Me ha encantado y espero que todas sigamos guardando esa niña.

Anónimo dijo...

Como siempre me has dejado con la piel de pollo. ¿O era de gallina?

Un beso.

Inkita dijo...

Pues como te comentaba el otro día ... ^__^

Yo he vuelto a recuperar a esa niña hace un poco más de un año.

Miro hacia atrás y muchas cosas no me gustan o no estoy demasiado orgullosa de ellas.

Me pasó algo malo que me hizo reaccionar. Y es que sin los pequeños momentos todo lo demás es muy duro.

Y no me enrollo más ;)

Un besito grande

Rosita Fraguel dijo...

Gracias a todos, lo primero.

Inka, la verdad es que yo ya he vivido no una sino varias experiencias fuertes en mi vida y he procurado aprovecharlas para aprender a dar importancia a lo que de verdad la tiene... y como tú dices, los pequeños momentos son MUY importantes.

Bueno, me voy a fieltrear un rato ;)