18 de abril de 2013

Fin de fiesta


Cuando acabó la fiesta apagamos los farolillos y, sin embargo, seguían viéndose encendidos, absurdos y siniestros, al otro lado del espejo. Alguien tomó la iniciativa, lo descolgó y lo hizo pedazos.

No volvimos a hablar de ello pero creo que, en el fondo, nos alegra saber que la luz ha sobrevivido en algún sitio.

Fotografía de Marta González Villarejo

4 comentarios:

Rubén Rojas Yedra dijo...

Qué partido le estás sacando al espejo...

Me ha gustado eso de "la luz sobrevivido en algún sitio". Me ha recordado a ese poema de Ángel González:

Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz cualquiera...

Rosita Fraguel dijo...

Me ha fascinado la foto. Me parece muy sugerente.

Y el poema que has enlazado me parece una joya. Gracias :)

Pedro Sánchez Negreira dijo...

¡Excelente, Rosita!

Me inquieta ese otro mundo en el que la fiesta sigue.

Un abrazo.

Rosita Fraguel dijo...

Gracias Pedro. A mí lo que me inquieta es no encontrar la forma de pasar al otro lado ;)