11 de junio de 2014

La aparente seguridad de las cosas


Se ovilla sobre las baldosas frías y comienza a temblar al ritmo del suelo, las paredes, las estanterías y las lámparas. El terremoto arrecia un momento antes de parar. Sin embargo, su cuerpo mantiene una sísmica vibración que hace tintinear los siete platos en la bandeja. Pronto estarán de vuelta los enanitos. Mientras termina de poner la mesa, Blancanieves reflexiona: «La vida no es un cuento de hadas». Espera con la mesa puesta y las manos temblorosas. Llaman a la puerta.


Micro escrito para el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio y que no llegué a enviar (a medias porque no termina de convencerme, a medias por puro despiste).

2 comentarios:

Luisa Hurtado González dijo...

Buena rerevisión del cuento. No lo había pensado así hasta que me lo contaste. Ahora, gracias a tí, puede mirar los cuentos de siempre de otro modo.
Una suerte, vamos

Rosita Fraguel dijo...

¡Qué va Luisa! Ya me gustaría a mí ser la descubridora de ese recurso. Es un clásico, prueba, que verás que de cosas se te ocurren. Es un filón ;)